La educación
si importa.
En estos
últimos años se ha visto como las agresiones en los colegios ha aumentado de
forma preocupante y parece que las gráficas no aportan muchas esperanzas a la
idea de que esto disminuya en los próximos años.
Según el
Defensor del Profesor, desde que se puso en funcionamiento la plataforma se han
registrado 22.000 defensiones a profesores de todos los niveles educativos. En
el curso 2012/2013, aproximadamente el 40% de las llamadas recibidas
correspondían a profesorado de Secundaria, otro 40% a profesorado de Educación
Primaria; 8% a Educación Infantil; 7% a Ciclos Formativos; 1% Educación de
Adultos; 1% EOI y un 3% al resto de enseñanzas.
Lo más grave
es que esta plataforma ha recalcado que las agresiones a profesores en
Educación Primaria se han igualado a las agresiones en Educación Secundaria.
Esto puede estar motivado en gran parte por los recortes en educación, ya que
han provocado una bajada en el profesorado y en la calidad de la enseñanza.
Por otro
lado, nos encontramos con la proliferación de agresiones que son grabadas por
los propios alumnos y colgadas posteriormente en internet. Esta nueva moda está
convirtiendo las agresiones en competiciones en la red que incitan a los
alumnos a “mejorar” las agresiones ya colgadas. Con esto se demuestra por una
parte, el poco conocimiento que los alumnos tienen de las consecuencias que
pueden tener colgar una agresión en internet y por otra parte, el poco respeto
que tienen por la figura del profesor.
¿En qué
momento se dejó de respetar al profesor? Hace no tantos años, el profesor era
una institución en sí mismo, como lo puede ser un notario hoy en día. Era una
persona a la que tanto alumnos como padres respetaban y escuchaban.
El problema
es que en los últimos años muchos padres, ya sea por falta de tiempo o de
interés, han dejado el respeto y los modales que deberían de inculcar ellos a
sus hijos, en manos de las instituciones educativas. Estas instituciones deben
enseñar cultura y conocimientos, no modales ni respeto, esto es algo que
debería ir implícito en cada alumno.
Volviendo a
los recortes en educación, se ha degenerado en una situación muy precaria para
el profesorado que siente una falta de apoyo por parte del Ministerio de
educación que les ha privado de cursos y talleres de integración y apoyo que ha
provocado que el conflicto en las aulas no pare de crecer.
Las carencias
en educación son un problema que a largo plazo quedará plasmado en la actitud
de toda una generación y lo más triste es que las autoridades competentes
parecen no querer darse cuenta ni hacer nada al respecto. Cuando la educación
de un país no es buena ni funciona correctamente nos encontramos con una
sociedad sin valores que en el futuro repercutirá en la productividad de todo
el país.